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El futuro será indígena o no será

por | Jul 26, 2021 | Sin categoria

Toni Pou, periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Analista de la edición 2021 del Observatorio PerCientEx.

El 25% del carbono que el planeta almacena en forma de bosque se encuentra en tierras gestionadas por comunidades indígenas. Numerosos estudios científicos indican, además, que los ecosistemas que gestionan los indígenas albergan más biodiversidad que los parques naturales protegidos legalmente. Estos y muchos otros datos apuntan a la autogestión como estrategia para conservar unos sistemas fundamentales para la supervivencia de la especie humana a medio plazo.

La realidad, sin embargo, tal como se cuenta en muchos reportajes de periodismo ambiental, es mucho más compleja. Los intereses económicos y la falta de regulación, o la dejadez en la aplicación de la ley, amenazan los territorios indígenas de todo el mundo. La lucha de estas comunidades por sus derechos es bien conocida. El reportaje ‘Los defensores del Darién‘, uno de los reportajes seleccionados en la edición 2021 del Observatorio PerCientEx, se sitúa en el ámbito del testimonio de esta lucha ambiental y cultural, pero tiene una serie de características que lo hacen brillar con luz propia.

Retrato vivo de la lucha indígena
La primera es una integración natural y fluida de distintos lenguajes. El texto se funde con imágenes, vídeos, paneles de datos interactivos y mapas de evolución temporal que construyen una narrativa digital al servicio de una historia de resistencia. La segunda, un conocimiento profundo de la zona del Darién y de su contexto social, político y económico, un territorio que a lo largo de la historia ha alimentado numerosos mitos: se trata de la única interrupción de la carretera panamericana, una zona de jungla especialmente densa y olvidada por todo el mundo excepto por las empresas madereras desde que en China se cotiza al alza la madera de palo de rosa, muy abundante en la zona.

Finalmente, ‘Los defensores del Darién‘ encuentra su mayor virtud en el retrato vivo y preciso de una lucha indígena que se podría calificar de innovadora y que puede resultar fuente de inspiración para luchas similares. Los indígenas no solo se manifiestan y defienden la selva con su integridad física, sino que han construido estrategias nuevas y muy eficaces. Han generado mapas de un territorio que no constaba en ningún atlas con detalle. Utilizan drones para dar testimonio de la tala ilegal. Estudian derecho y política para utilizar todas las vías de defensa posibles. Han creado una comunidad de avistadores de pájaros que sirve para monitorizar la salud del bosque y para profundizar en las raíces de su lengua nativa. Ejercen el periodismo de denuncia incluso poniendo en riesgo su vida. Y plantan árboles y plantas en un proceso para recuperar no solo el bosque sino la sabiduría que genera.

Selva y conciencia
El actor y dramaturgo Simon McBurney me explicaba recientemente su experiencia con una comunidad indígena del Amazonas. Lo que más le impresionó fue que cuando les preguntaba dónde se situaba su consciencia (normalmente se suele responder «dentro de mi cabeza» o «en mi pecho»), los indígenas señalaban la selva. Primero pensó que se trataba de un error en la traducción, que no le habían entendido. Pero el que no había entendido nada era yo. La conciencia de una comunidad indígena, su identidad más íntima, es literalmente la selva. De ella emerge todo su conocimiento, su lengua, su identidad y su visión del hombre en el mundo.

Leyendo ‘Los defensores del Darién‘ este vínculo entre la selva y la comunidad humana se hace evidente. No es que los indígenas dependan de la selva, sino que son (parte de) la selva. Tal como defiende Carlos Doviaza, el piloto de dron co-protagonista del reportaje, «la riqueza no es lo que se extrae del bosque sino lo que se vive en él».

Además de clarificar este vínculo, el reportaje tiene la capacidad de hacer sencilla y evidente una verdad que necesita tiempo, terreno y recursos para revelarse: la innovación en la autogestión puede ser una herramienta de conservación poderosísima. Y esto, que resulta educativo y contribuye a concienciar a los que no vivimos en la selva, puede resultar inspirador para aquellos que desde hace milenios consideran que su conciencia es la selva.