Vivir con malaria
Los escalofríos anuncian la fiebre. Después vienen los sudores. La fiebre se repite cada día a la misma hora. Es el paludismo. Los niños faltan a la escuela y los adultos no van a trabajar. Sentados en la sala de espera, los pacientes conversan sobre la enfermedad. Siete pacientes y dos trabajadoras del Centro para Estudios de Malaria, en la Ciudad Universitaria de Caracas, cuentan cómo lidian con una infección que afecta a más de 200 millones de personas cada año en el mundo.