Júlia Bestard, periodista especializada en ciencia
Hace poco leí que “si no es investigación, no es periodismo”. Y añado: “Si no es humano, tampoco”. Con “humano” no me refiero a lacrimógeno, sentimentaloide o simplón. El periodismo tiene que ser humano en tanto que actividad que explica hechos que afectan a humanos y que, por tanto, tienen un trasfondo más allá del simple hecho noticioso. ¿Reproducir a Ayuso diciendo que el “modo de vida” de los inmigrantes incrementa los casos de Covid-19? No es periodismo. ¿Ir más allá y explicar que ese “modo de vida” es “pobreza”? Es periodismo. Así de simple.
Nuria Jar publicó en julio de 2017 un reportaje en La Vanguardia, titulado Cuando el médico se convierte en paciente. En una jornada, había escuchado el testimonio de un médico que, después de sufrir una grave enfermedad y encontrarse a sí mismo tumbado en una camilla, cambió la forma en que concebía la práctica médica. Jar se dio cuenta de que aquello era “un temazo”, de esos que apelan al corazón y a la empatía, que tienen un componente social, un impacto real y que captan la atención desde la primera línea porque todos podríamos ser ese doctor. Al final, el éxito consiste básicamente en conectar con el público, y aquel tema lo hacía. Encontraron a otro doctor –con permiso de Simón– que había pasado por una situación similar y emitieron los testimonios de ambos en el programa Via Lliure, de RAC1. Nuria, que explica que en las redacciones de las radios nadie escucha nunca lo que pasa en antena, dijo que al salir del estudio se encontró a varios compañeros comentando aquellas historias. Así que decidió ofrecerlo a La Vanguardia, que se lo compró, añadiendo un caso más.
El oficio de reflexionar
Mi charla con Nuria en PerCientEx nos permitió tocar varios temas que, si bien no eran el eje central de reportaje, al final acaban siendo transversales a cualquier trabajo periodístico. Confesó que, si lo fuera a publicar ahora, esperaría un poco más para conseguir tener un testimonio femenino y huir de la hegemonía masculina en los medios. Cosa que en general ya hace en sus trabajos periodísticos, aunque encontrar fuentes femeninas en ciencia no siempre sea fácil, y que yo, que por aquel entonces era responsable de Comunicación en el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, intentaba también potenciar a la hora de redactar notas de prensa, buscar fuentes para entrevistas o voluntarios(as) para actividades de divulgación.
También hablamos de la comunicación no solo como oficio, sino como actividad esencial –para muestra, un estado de alarma– que debe cuidarse y garantizarse en cualquier situación. Unos días antes del encuentro entrevisté al doctor Antoni Trilla, decano de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, que no solo tuvo a bien atenderme cuando su teléfono ya hervía a llamadas sobre coronavirus (recordemos que el encuentro tuvo lugar dos semanas antes de la declaración del estado de alarma), sino que me ilustró sobre la formación en Comunicación que reciben los estudiantes de Medicina de la UB. Trilla admitió que probablemente se queden “cortos” y aprovechó para lanzar una pulla a mandamases varios alejados de la realidad de la práctica médica: “Nunca se podrá aplicar nada si en el día a día no se deja tiempo para cuidar la Comunicación. Nos preparan para conducir un coche y luego nos dan una moto”, sentenció.
El eterno debate
El principal punto en el que Nuria y yo discrepamos fue cuando le pregunté, en unas jornadas sobre periodismo de excelencia, qué era el “periodismo de excelencia” según ella. Y subrayó el hecho de que no procediera de una nota de prensa. Yo, que me dedicó a la comunicación institucional desde hace más de 5 años, aprovecho para romper una lanza desde aquí por todos esos periodistas/comunicadores que, aunque sea desde el “lado oscuro”, buscan enfoques originales, fuentes diversas, se ponen –o intentan hacerlo– en la mente del periodista de medios y comunican con el mismo entusiasmo y celeridad que ponía Hildy Johnson en la maravillosa e hilarante Primera Plana.
Cuando el médico se convierte en paciente le ha dado muchas alegrías a Nuria. Recibió en 2018 el Premio de Periodismo Concha García Campoy en la categoría de prensa escrita y fue accésit en los Premios Albert Jovell, entregados por la farmacéutica Janssen. E hizo que en febrero de 2020 fuera invitada a las jornadas PerCientEx de Periodismo Científico de Excelencia. En conjunto, nada comparable a la alegría que, dice, sintió cuando se enteró de que los tres médicos del reportaje, que se conocieron durante la entrevista con ella, crearon el grupo Janus del Colegio de Médicos de Barcelona, con el objetivo de contribuir a mejorar el sistema sanitario a partir de sus vivencias como pacientes. ¿Saben aquello de “cambiar el mundo”? A veces un simple reportaje puede hacerlo.